Fui al cine a ver Beowulf, una película fantástica basada en un legendario poema épico escrito en inglés antiguo del siglo VIII, cuyos personajes tienen nombres que parecen sacados del catálogo de Ikea.
En una época legendaria, el guerrero Beowulf es el único capaz de salvar al antiguo reino de Dinamarca de la aniquilación por parte del monstruo Grendel. Su valentía resuena por cada rincón tras acabar con él, y se ha convertido en un héroe admirado. Sin embargo, cuando la gloria y las riquezas nublan la mente del guerrero, la tentación se convierte en la más dura de las batallas. Y más cuando la bella madre de la bestia está dispuesta a utilizar su poder de seducción para destruir a Beowulf.
¿Qué quieres que os diga? Ni me gustó ni me dejó de gustar. Lo que me parece mucho morro es que anuncien la actuación de seres reales, como Anthony Hopkins, Angelina Jolie o John Malkovich, cuando se trata de una película de animación. Sí, supongo que los actores habrán colaborado con los dibujantes o informáticos o como se les llame ahora, pero no salen. Menos aún en España donde el doblaje, pese a ser excelente, nos impide apreciar sus voces. Se me podrá alegar que los costes de producción de una aventura así habrían ascendido demasiado para llevarla a cabo con actores reales. No creo que mucho más; de hecho, la mayoría de los efectos especiales de hoy en día se hacen por ordenador y se puede prescindir de masas de extras, localizaciones exóticas, explosiones, monstruos y demás gracias a la magia de los FX. Pero carece de emoción, de sentimientos, de la vida que únicamente puede otorgarle los actores de carne y hueso.
No conocía al actor en que se inspira el dibujo del protagonista, pero si estaba tan bueno como su figura animada muestra, habrá que echarle un vistazo de cerca, pensé. Pues tampoco, en realidad, es muchísimo menos guapo, mucho mayor de cómo lo representan y de tipazo, nada. Ya se sabe que el cine es mentira, pero hasta ese punto...
2 comentarios:
Un saludo, Conchi. Aún no he visto Beowulf y no puedo hablar con propiedad, pero como tecnópata, deja que rompa una lanza en defensa de la película:
En teoría, la película si que está, literalmente interpretada por los actores: Se supone que a estos les ponen unos sensores en la cara, interpretan su papel delante de una cámara digital, y luego el sistema informático "copia" su interpretación sobre unos modelos digitales, que son los que ves en las películas. Que luego queden más o menos acartonados, es otra cosa...
En cuanto a que los graficos por ordenador no sean capaces de capturar la emoción de los actores, bueno, creo que es cuestión de tiempo, y que es un caso análogo al cine de animación. Al principio, los cortos animados eran más bien burdos, pero con el tiempo, algunas películas de animación han entrado en la categoría de obras maestras, con la misma capacidad de emocionar que el mejor clásico. Aunque estoy de acuerdo contigo en una cosa: Si no por siempre, si durante mucho tiempo, la voz de los actores siempre será insustituible...
Saludos a ti también, Luis. No puedo contestarte como tecnópata, ni siquiera lo haré como cinéfila sino como simple espectadora: los personajes de Beowulf no transmiten emociones, están planos pese al 3D, les falta la vida que otros clásicos de la animación han sabido comunicar con menos trazos y menos dinero.
Seguro que con el tiempo se llegará a solventar, pero hoy por hoy no me convence, y menos que me vendan la moto de que aparecen ciertos actores. Por mucho que se le parezcan, no son ellos.
Publicar un comentario