domingo, 9 de mayo de 2010

Habitación en Roma


Una habitación de hotel en el centro de Roma es el escenario interior en el que dos mujeres jóvenes que se acaban de conocer, se internan juntas en una aventura física que les tocará el alma.
Todo transcurre en una noche y en las primeras horas de la mañana de un día del comienzo del verano de 2008, antes de que Roma lance a cada una de ellas al lugar al que pertenecen; por la tarde Alba (Elena Anaya) volará a España, y Natasha (Nathasa Yarovenko) a Rusia.
La habitación del hotel, que parece haberlas estado esperando siempre con la emoción de la Historia incrustada en sus viejas paredes, sugestiona una atmósfera cargada de erotismo y sensualidad, con una extraña fuerza que engancha sus miradas apuntando hacia lo desconocido. Nacen sentimientos nuevos que Alba y Natasha aceptan, y al mismo tiempo quitan importancia hablándose con soltura y buen humor. Un pacto natural de ligereza que propicia situaciones tan cómicas como enigmáticas, antes del ataque inesperado de un amor punzante como una flecha lanzada desde lo alto. Durante doce horas, de noche y de día, estas dos mujeres desvelarán sus vidas, primero ocultándose y protegiéndose por miedo a la atracción sin retorno, luego dejándose acompañar hacia el paisaje desconocido de la otra, habitado por sus compromisos y el amor sincero hacia sus respectivas parejas; en el caso de Alba, una mujer que tiene dos hijos; y el de Natasha, su profesor de Renacimiento con el que se va a casar la próxima semana.
Ambas girarán sobre sí mismas hasta ponerse boca arriba mirando juntas hacia otra verdad, un abismo compartido, el secreto guardado en una habitación en Roma, una sorpresa del tiempo anterior que les adelanta, un regalo del destino para que hagan con él lo que más deseen. Así nace para ellas su nueva libertad.

En el poco tiempo que tengo ahora para ir al cine, únicamente los fines de semana, ayer fui a ver esta bonita historia de amor entre dos mujeres: una de ellas lesbiana con una pareja y la otra heterosexual, que prepara su boda para pocos días después. Su casual encuentro en una cafetería enciende una chispa de amor-amistad, que tras pasar la noche en la habitación de un hotel romano, que no pueden pasar una sin la otra. Muy bien hechas las escenas de cama, algo explícitas, aunque evitando los detalles escabrosos. Buena película de Julio Medem, que para ser de este director no es tan rarita como algunas anteriores. La recomiendo.

2 comentarios:

Conchi dijo...

Medem es muy aficionado a las escenas de sexo en sus películas.
Si ésta no es tan rarita como sus anteriores creaciones se debe a que se trata de un encrgoa, en concreto es un remake de un film francés.

Johnny dijo...

Aquí no creo que llegue al ciene, pero al club de video tal vez