Un narcotraficante escapa de la justicia y huye en dirección a México. En su camino hacia la libertad sólo se interpondrá un policía de un pequeño pueblo fronterizo.
Quise ver esta película más que nada por Eduardo Noriega, a quién voy a engañar. Qué actorazo es y qué guapísimo está de malo. Lástima que no salga tanto como me hubiese gustado. Parece que Hollywood ha encontrado en los actores españoles una mina para sus papeles de malvados. Me alegra que siga la estela de otros como Javier Bardem, Jordi Mollà o Luis Tosar, por ejemplo. Me encantó la entrevista que le hicieron en El hormiguero donde explicó cómo se rodaron algunas escenas y demostró que sabía deletrear Schwarzenegger, lo que tiene su mérito.
El tío Arnold tiene muchos años a la espalda, y lo comenta en la peli, pero ese perro viejo sabe más que el diablo y cuenta con la complicidad de un guion y un director que realza lo que todos esperamos de él. Quien quiera profundidades soporíferas que acuda a Haneke, que aquí el ruido de los cochazos y la munición no le dejará echar una cabezadita. Los Amigos del Rifle, esos que tienen un arsenal en casa, adorarán esta película sin pretensiones, pero eficaz y resuelta con desvergonzada soltura por un director que no escatima en balas y unos actores que, como en el caso de Chuache, saben autoparodiarse sin reparos para regocijo del personal.
Ah, y aparte de Eduardo está también el no menos guapo brasileño Rodrigo Santoro. ¿Para qué pedir más?
2 comentarios:
Excelente crítica, Conchi, con un sentido del humor que te mejora con los años "un director que no escatima en balas" juajuajua
Tus recomendaciones siempres on muy acertadas, yo al menos las sigo al pié d ela letra y siempre has dado en el blanco. Tienes un gran sentido de la crítica, como debe de ser, no solo por criticar de mala o buena manera, sino con el argumento del por qué de las cosas.
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