Alegría

Sinopsis:

La alegría significa abandonar todos los modelos impuestos desde fuera y entrar en tu propio ser. El camino es arduo, pero cuanto más te internes en él, mayor será la recompensa, ese fluir espontáneo de tu propia energía, sin poner condiciones o plantear exigencias a la felicidad. A través de la alegría entendemos nuestro valor intrínseco y nuestro lugar en el Universo. Como las otras obras de Osho, Alegría aporta nueva luz a nuestras creencias y actitudes, nos pone en el camino de nuestra naturaleza más íntima con absoluta aceptación de quienes somos. Investiga también la fuerza e importancia que tiene la felicidad en nuestras vidas. A través de una sabia mezcla de compasión y humor, Osho nos anima a enfrentarnos a nuestra individualidad y a ser coherentes con una vida que queremos plena y, por tanto, feliz.

Si seguís mis reseñas, os habréis dado cuenta de que tiendo a ser omnívora respecto a lo que leo. Aprovechando una oferta de esas de kiosco, me compré este libro (lleva adjunto un dvd pero aún no me he atrevido a verlo).

Hay quien opina que para leer a un autor así como este tal Osho, en principio hay que estar predispuesto, tiene que ser tu momento kármico (no estoy muy segura de lo que esto significa). Si este autor llega a ti en ese preciso momento puede llegar a revolucionar toda tu existencia. Me temo que no fue mi caso. Sin quitarle el mérito al autor, supongo que no estoy preparada mental y espiritualmente para asimilar sus enseñanzas.

Osho plantea un reconocimiento de la propia persona, un despojarse de miles de años de imposiciones externas y vivir la existencia con agradecimiento, sin culpas, sin poses sociales. Exhorta asimismo a sustraerse de posesiones materiales. Curiosa recomendación de alguien que (como me contó Esther que ya conocía el paño) poseía un centenar de Rolls Royces Osho y que con un grupo de sus sannyasis fue arrestado en 1985 en un aeropuerto de Carolina del Norte; el grupo iba en ruta a las Bahamas con 58.522 dólares en efectivo y un millón de dólares en joyas.

Ya lo dice el refrán: haz lo que yo digo…