jueves, 4 de septiembre de 2008

El increíble Hulk


Ayer me dejaron una veintena de pelis en DVD bajadas de la red, así que amenazo con hincharos a comentarios en las próximas semanas.

El científico Bruce Banner recorre el mundo en busca de un antídoto que le permita librarse de su Alter Ego. Perseguido por el ejército y por su propia rabia interna, es incapaz de sacar de su cabeza a Betty Ross. Así que se decide a volver a la civilización donde debe enfrentarse a una criatura creada cuando el agente de la KGB, Emil Blonsky, se expone a una dosis superior de la radiación que convirtió a Bruce en Hulk. Incapaz de volver a su estado humano, Emil hace responsable a Hulk de su aterradora condición, mientras que la ciudad de Nueva York se convierte en el escenario de la última batalla entre las dos criaturas más poderosas que jamás han pisado la Tierra.

Partiendo de la base de que no soy fan de la Masa (como siempre se le ha llamado), admito que esta segunda parte me gustó más que la primera por varias razones: tiene algo más de sentido del humor (pobre Bruce, buscando pantalones que cedan para cuando se ponga verde de rabia); la Masa parece más verosímil (si se me permite el término en una producción como ésta), menos de “dibujos animados”; Edward Norton es un gran actor, que, pese a su cara de poquita cosa, se ha puesto mazas para el papel; por el contrario, los abdominales de Tim Roth parecen de lo más falso.

Con todo, si no sois aficionados a las pelis de superhéroes, no se os ocurra verla, amigas mías. Ni siquiera sale una escena erótica decente, no porque sea para todos los públicos, sino porque el pobre Banner no se puede excitar más de la cuenta por miedo a que aparezca su otro yo verde.

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