viernes, 5 de septiembre de 2008

Escondidos en Brujas


Sinopsis:

Como indica el título, "Escondidos en Brujas" se rodó en Brujas, la ciudad medieval mejor conservada de Bélgica, visitada por viajeros de todo el mundo. Pero para los asesinos a sueldo Ray (Colin Farrell) y Ken (Brendan Gleeson) podría convertirse en un destino sin retorno. Después de un trabajo complicado, Harry (Ralph Fiennes), el jefe londinense de ambos, les manda a descansar dos semanas a esta ciudad, que parece sacada de un cuento de hadas.

Sintiéndose totalmente fuera de lugar entre la arquitectura gótica, los canales y las calles adoquinadas, los dos asesinos pasan el día haciendo de turistas. Ray, que no consigue olvidar las brutales imágenes de su último trabajo en Londres, odia la ciudad. Sin embargo, mientras Ken observa con paternal mirada a su compañero y a sus hazañas a menudo hilarantes, descubre que la belleza y serenidad del lugar tiene un efecto positivo en su mente y alma.

Mientras esperan la llamada de Harry, su estancia se hace más surrealista a medida que empiezan a descubrir a la gente del lugar, los turistas, el arte medieval. Conocen a un actor estadounidense enano que rueda una película de arte y ensayo, y a Chloe, por la que Ray se siente atraído, pero que parece tener oscuros secretos.

Cuando por fin llega la esperada llamada de Harry, las vacaciones de Ken y Ray se convierten en una lucha de supervivencia de oscuras proporciones cómicas y sorprendentes consecuencias emocionales.

Si no conocéis la ciudad de Brujas, la peli os brinda la oportunidad de contemplar casi dos horas de sus bellos paisajes urbanos, pues poco hace la película por intentar que el espectador decida interesarse por los personajes o la historia en lugar de fijarse en los paisajes. No hay manera de encontrarle sentido a los diálogos vacíos, a las infinitas pausas dramáticas y a la general ausencia de contenido y mensaje que tiene la película. Ni encuentra el tono de comedia ni el de drama y desemboca en un festín de sangre y espachurramientos un poco fuera de lugar perdiéndose en un remedo tarantiniano que no pega ni con cola.

El reparto funciona relativamente aceptable. Colin Farrell se la pasa poniendo cara de amargado y recurre a toda una baraja de tics nerviosos, gestos repetidos y mucho comerse las uñas, o cuando le da por poner las cejas así como el tejado de un bungalow, la marca de la casa. Brendan Gleeson mucho mejor en todos los aspectos, y Ralph Fiennes se limita a salir horrible con lo guapo que es y, esencialmente, a hacer de Lord Voldemort sin menos maquillaje y cambiando la varita por un pistolón.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Resulta que ayer la pude ver, entre bostezos, que me parece aburrida en el 90% del metraje, previsible, monótona y con muy poca cosa dentro... y Brujas sale apenas, aunque no puedo decir que sea un "estercolero", como repite uno de los protagonistas...
Muy mona la rubia que se lía con Colin, más que su novio...