miércoles, 17 de septiembre de 2008

Sentencia de muerte


Sinopsis:

Nick Hume es un ejecutivo de modales impecables cuya vida es perfecta, hasta que durante una espantosa noche es testigo de algo que le cambia por siempre: el asesinato de su hijo mayor. Transformado por el dolor, Hume llega a la terrible conclusión de que no existe nada que no se pueda hacer para proteger a la familia.

La premisa de la que parte es muy similar a la de “La extraña que hay en ti”, que comenté hace unos días: el asesinato de un ser querido lleva al hasta ahora pacífico ciudadano modelo a tomarse la justicia por su mano. Sin embargo, los resultados son muy diferentes. Aquí la explosión de violencia a cargo de un Kevin Bacon con cara de estreñido resulta de un examen superficial y poco auténtico del drama que vive el personaje principal. Su sed de venganza nunca se sacia consiguiendo una cinta insensible y brutal en imágenes.
No me explico cómo puede haber gente a quien le gusten estas películas tan violentas. Y la habrá, claro, porque lo que no tiene mercado no se fabrica. Mejor será que paséis de ella.

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