jueves, 25 de septiembre de 2008

Una chica partida en dos


Sinopsis:

Gabrielle Deneige vive en Lyon con su madre Marie, una librera que ha criado sola a su hija. Gabrielle, una joven encantadora y espiritual, que es la “mujer del tiempo” en una cadena de televisión. Con ocasión del lanzamiento promocional de un nuevo programa, Gabrielle conoce al escritor Charles Saint-Denis, que se había instalado en la región hacía algunos años. Entrado en los cincuenta, brillante, adulador y casado, seduce a la joven nada más conocerla y enseguida se enamora de ella. Por otra parte, Paul Gaudens, un hombre más joven, rico y caprichoso, también intentará conquistar el corazón de Gabrielle.

La película vuelve a contar una historia que gusta mucho a los franceses, el amor entre una joven y un hombre mayor. La protagonista de la cinta es una bella chica que cae perdidamente enamorada de un escritor que podría ser su padre y por despecho utiliza a un rico heredero. Hay momentos que la chica parece tonta porque ni uno ni otro merecen la pena. El amor es ciego, de acuerdo, pero en el cine no tanto. Ya podrían haber elegido a dos actores más atractivos.
Con lo liberales que son los franceses, parece mentira que sea esta película tan perversa en su fondo y tan mojigata en su apariencia, y que la excesiva relación sexual entre el viejo y la joven quede en un "espacio fuera de campo" a diferencia de, por ejemplo, El último tango en París. Aquí la joven cae también en una sumisión sexual que no me acabé de creer porque ya os he comentado que el señor mayor no me despertaba el mínimo interés. Tampoco el joven, no os vayáis a creer.
En cuanto a los desenlaces del filme, al menos los morales, en los que dibuja de un plumazo el cinismo de la burguesía, Chabrol resulta retorcido y malicioso. No resulta una película aburrida del todo, como Mari Pau y yo solíamos pensar viniendo del director que viene, pero tampoco recomendable.

2 comentarios:

Mari Pau dijo...

Gracias por la información, como yo siempre digo, paso de este director.

carolina dijo...

El cine francés tampoco suele ser santo de mi devoción. Una vez vi una película sobre esa temática, protagonizada por la estilosa Enmanuelle Beart, en la que una chica se enamora de un señor mayor (pero que muy mayor, ¿eh?) al entrar a trabajar para él catalogando su biblioteca, de la que él ha decidido desprenderse, pues siente cercana su muerte. Con esto os hacéis una idea de la diferencia de edad. Bueno, hasta ahí, nada que objetar, pero es que acaba la peli y tú te preguntas, ¿andá, y cuándo se enamoran estos dos? Por que lo que es yo no les he visto más que tomarse una copichuela juntos y hablar. Eso sí, hablaban por los codos.
Y no hablo de "El marido de la peluquera" y su protagonista, que se supone es un gran actor. Tanto que se le reprocha al Michael Douglas la cara de patata que ponía durante el "polvo del siglo" y cuando este señor estaba con su mujer yo le veía con tanta pasión y emoción como si fuera al estanco. Tal vez sea que no sé apreciar una buena actuación, pero aunque suene blasfemo, me quedo con Michael Douglas.