En Nochevieja íbamos a cenar en principio Pedro y yo con Sefa y Marco, los amigos de Pedro, de Denia, pero se apuntaron Esther y Vicente, su novio.
En cuanto a la cena, regada con lambrusco, constó de aperitivos, nos hinchamos a gambas y a un sabroso asado de ternera que preparó mi chico. De postro, tronco de navidad con sabor a turrón.
Paso de atragantarme con las dichosas doce uvas y desde hace unos años las sustituyo por doce sorbitos de cava que, al fin y al cabo, también está hecho de uvas, ¿no? La tradición que sí seguí fue la de la ropa interior roja aunque, evidentemente, no se aprecia en las fotos. Como la conversación resultaba tan agradable, mojada en copichuelas varias, no nos apeteció salir por ahí.
Poco después de tomar las uvas se nos unió Loli, que venía toda guapa a felicitarnos el Año Nuevo antes de iniciar el circuito por los garitos de Agost junto a otros amigos.
1 comentario:
¡Qué rico todo! yo también me puse bien, ahora toca ayunar.
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