Perdona pero quiero casarme contigo

Sinopsis:
El amor entre Alex, un maduro agente publicitario de éxito, y Niki, que ahora tiene veinte años, sigue creciendo cada día más. Ya han pasado tres años desde que prometieron amarse para siempre. A pesar de la diferencia de edad, Alex está convencido de que Niki es la mujer con la que quiere casarse. Y al principio, Niki también está encantada con la idea. Pero a medida que se acerca la fecha de la boda, las dudas, los miedos e incluso la tentación, hacen acto de presencia. Hasta que, de repente, Niki hace lo impensable...

Las novelas románticas de Federico Moccia han arrasado en las librerías de todo el mundo. Ahora he visto la adaptación cinematográfica de Perdona pero quiero casarme contigo, de cuya lectura ya os hablé. Con una atmósfera romántica no apta para diabéticos, esta comedia a la italiana nos describe el gran acontecimiento que vivirán los protagonistas: su boda. Pese a que llevan tres años amándose, los miedos y las dudas, fundamentalmente por su notable diferencia de edad, pondrán difícil que cumplan su gran sueño. Tras verlo y leer que el coste medio de una boda en la Comunidad Valenciana es de 18.000 €, se me acaban de quitar las pocas ganas que tenía de pasar por la vicaría.

Menos mal que había leído el libro, porque el director (el propio autor, en plan Juan Palomo), con el ánimo de condensar, sólo crea confusión en las historias secundarias. Además, de presupuesto no andaría muy sobrado cuando la escena de la declaración en el libro transcurre en Nueva York y en la peli se conforma con París.

En fin, una peli tan cursi que es sólo recomendable para románticos empedernidos y desaconsejable totalmente para los que busquen historias originales. ¿Para qué la he visto, pues? Solamente para alegrarme la vista con ese pedazo de italiano que es Raoul Bova, nada más.