domingo, 28 de marzo de 2010

El beso de medianoche


Sinopsis:
Entre el acalorado gentío siente la presencia de un sensual desconocido que despierta en ella las fantasías más profundas. Pero nada relacionado con esa noche ni con ese hombre resulta ser lo que parece. A la salida, Gabrielle presencia un asesinato y, a partir de ese momento, la realidad se convierte en algo oscuro y mortífero, adentrándose en un submundo que nunca supo que existía, habitado por vampiros urbanos enfrentados.

Lucan Thorne es un vampiro, un guerrero de la Raza, que ha nacido para proteger a los suyos -así como a los humanos que existen en una vida paralela a la suya- de la creciente amenaza de los vampiros renegados. Lucan no puede arriesgarse a unirse a una humana, pero cuando Gabrielle se convierte en el objetivo de sus enemigos, no tiene más opción que llevársela a ese otro mundo que él lidera, en el que serán devorados por un deseo salvaje e insaciable.


Siguiendo el consejo de Mari Pau y Sonia, he dejado la lectura sesuda y deprimente y me he metido este libro entre pecho y espalda. Literatura romántico-erótica-vampírica pura y dura, ideal para mis cansadas meninges: un cacho vampiro de 1,95 m, mazas armario ropero, cabellera negra y ojos grises, con todo tan grande como su envergadura sugiere.

Aun enmarcada en la literatura fantástica, donde el nivel de verosimilitud no es que sea muy alto, hay escenas que no cuelan ni resisten el mínimo análisis de credibilidad. Veréis: el vampiro, más salido que el pico de una estaca (símil poco pertinente, lo sé), entra a hurtadillas en casa de la protagonista, que está durmiendo. El gachó, que para algo ha tenido cientos de años para practicar, le hace un trabajito oral de los que no te menees (o sí te menees), que provoca que la moza tenga el orgasmo de su vida ¡sin despertarse! A ver, doña Lara: a una servidora y a cualquiera de mis congéneres, le pasa eso y al primer lengüetazo abre los ojos como platos para no perderse el menor detalle.

Mejor no os cuento más. Si éste es el primer encuentro de la pareja, no veáis cómo siguen cuando alcanzan mayor confianza. Entre roce y roce, también hay luchas, asesinatos y diálogos pretendidamente románticos que causan más risa que otra cosa. ¿Y qué más da si es para usar y tirar?

1 comentario:

Mari Pau dijo...

Hay mucha literatura romántica o romántica-erótica muy, muy mala pero, en fin, también la habrá de cierta calidad; se trata de ir buscando autoras buenas, por ejemplo, algunas novelas de la Schone y otras autoras que por mi parte están por descubrir. A seguir intentanto, porque yo si es mala y poco creíble la novela me la dejo, no la acabo de leer.