El libro de Eli

Sinopsis:
La historia está ambientada en un futuro cercano, 30 años después de la denominada "guerra final". Eli es un hombre solitario que camina por las yermas y desoladas tierras de Estados Unidos, donde ya no existe civilización ni ley. Éste hará lo posible por sobrevivir, pero en medio de su misión se interpondrá Carnegie, el jefe de un improvisado pueblo de ladrones y pistoleros. La hija adoptiva de este cabecilla quedará fascinada por Eli, pero él no se dejará disuadir y seguirá con su andadura para salvar a la humanidad.

Me ha agradado esta peli protagonizada por un inconmensurable Denzel Washington que logrando la empatía del espectador sabe llenar la pantalla. El punto de partida seguro que os suena: en un futuro no muy lejano, unos 30 años después de la guerra final, un hombre solitario camina sobre la desolada tierra que una vez fue los Estados Unidos. Ciudades vacías, autovías destrozadas, la tierra yerma. Todo a su alrededor denota la catástrofe de la destrucción total. No existe civilización ni ley. Las carreteras están en manos de pandillas que matarían por un par de zapatos o una pizca de agua, o sin razón alguna... A mí me vino de inmediato Mad Max a la cabeza.

Eli, sin embargo, es muy distinto a Max. Es un luchador, sí, pero lo que defiende con tanto empeño no es su vida, sino la esperanza de un futuro; una esperanza con la que ha cargado y protegido durante 30 años guiado por la fe en algo superior a sí mismo: un libro. Un libro que puede causar mucho bien o mucho perjuicio a los supervivientes del cataclismo, dependiendo de en qué manos caiga, tal como demuestra la Historia. Las manos del mal son las de Gary Oldman, tan viejo y arrugado (ignoro si es todo caracterización) que se parece al Drácula que afeita goloso el dulce cuello de Keanu-Jonathan Harker.

El libro de Eli es una mezcla entre western, road movie, película de catástrofes, artes marciales y hasta una novela gráfica, pues luz, paisajes y encuadres parecen de cómic. Me gustó bastante, de verdad.