lunes, 22 de marzo de 2010

Glee


Para empezar, “glee” es el nombre por el que se denomina a un coro de un instituto americano. Pero, además, Glee es una nueva serie que estrena esta noche Antena Neox. Ganó hace unos meses el Globo de Oro a la mejor comedia o musical, o sea, que me picó la curiosidad.

Por ello el otro día vi el primer episodio. Si se trata de un musical, ya tenía ganada mi atención. Además, para los no apasionados del género, tiene muchas historias detrás y las canciones no se cantan enteras (salvo excepciones). En Glee suenan temas de Chicago, de John Denver, de Grease, de Fama… Pero también se oyen de fondo versiones de Beethoven cantadas a capella. Y una curiosidad muy significativa: todos los temas que se cantan en Glee se convierten en éxitos inmediatos en iTunes: las versiones de la serie y las canciones originales, que viven así una segunda juventud.

En el instituto este, un profesor de español que lo habla fatal (o por lo menos en la V.O. que yo he visto, porque igual en la versión doblada lo convierten en profesor de esperanto) decide montar un coro sin demasiado apoyo por parte del resto del claustro profesoral. Pero cuando hace el casting, descubre que se le apuntan los alumnos más inadaptados y problemáticos de todo el instituto. Ése es el punto de partida, porque Glee es una serie de perdedores, y en la vida todos somos perdedores en mayor o menor medida. Yo misma ayer perdí un boli.

Pero la gran garantía de esta serie es que está creada, escrita, producida y dirigida por Ryan Murphy, el creador y artífice de las seis temporadas de una de las series más cañeras, destroyers y a menudo alucinógenas que he visto en los últimos años: Nip/Tuck, comentada aquí hace tiempo, que cuenta la historia de dos cirujanos plásticos de Miami (que en las últimas temporadas se trasladan a L.A.) en cuyas vidas hay operaciones, sexo, drogas, homosexualidad, celos, venganza, asesinatos, incesto, prostitución, pornografía, ninfomanía, etc. Y aunque a Ryan Murphy en cada temporada se le iba más la olla, era un placer dejar que tu olla se fuera con la de Ryan y con las de los doctores McNamara y Troy. Lástima que se haya acabado.

Glee conserva algunas de estas señas de identidad de Ryan Murphy. A pesar de dirigirse a un público más familiar, tiene un punto rompedor, como las situaciones tierno-macabras que provoca un alumno discapacitado en silla de ruedas que quiere participar (y participa) en números musicales.

En fin, le daré una oportunidad a ver qué tal sigue…

2 comentarios:

Johnny dijo...

A Aymé le gusta a mi no mucho, me parece High Scool Musical con un poquito mas de argumento

Jesús dijo...

Creo que hace cuatro meses que no enciendo la televisión. Qué pena del gasto que hice, pues me compré una no hace ni un años. Sólo sigo la serie "Acusados" en Telecinco. Es una intriga de temas judiciales en la que aparece una de mis actrices favoritas : Blanca Portillo. Y la veo en internet pues no creo que pudiera soportar las interrupciones de publicidad de esta cadena.
Los DVD que veo también los veo por el ordenador ...