sábado, 6 de marzo de 2010

PRIMEROS MATRIMONIOS GAY DE AMERICA LATINA

"Después de ser aprobada le ley de matrimonio entre personas del mismo sexo y la oportunidad de ser elegibles para adopción, el día de ayer se iniciaron los primeros trámites para acceder al matrimonio civil. Dos parejas fueron las primeras de México y de Latinoamérica en hacer sus solicitudes, la pareja formada por Emma y Janice (con seis años de relación) y Javier y Carlos (con dos años de relación)".
Lo anterior fue la noticia de la semana en México y creo que en toda América y no se hicieron esperar las protestas ¿de quiénes? lógico, de la iglesia católica, los cuales siguen asegurando que la Biblia dice que éso es un pecado mortal. Y yo me pregunto ¿qué es lo que dice la misma Iglesia de los sacerdotes pedófilos? Por lo visto la religión "moderna" sigue manejando una doble moral, mientras algunas cosas son pecado, otras pasan desapercibidas a sus ojos por conveniencia. ¡Bien por las leyes mexicanas al permitir que cada quien haga su vida como mejor le parezca sin importar su género!

4 comentarios:

Mari Pau dijo...

Como ya he dicho alguna vez, Johnny, soy anticatólica, paso de lo que digan los curas, y encima se creen que lo dicen en nombre de Dios, qué sabran ellos con sus normas absurdas y discriminatorias a veces. Viva el matrimonio gay y viva el condón que ellos prohiben y en África la gente muriendo de Sida.

Conchi dijo...

Yo soy católica y creo en el Jesús que predicó que nos amáramos los unos a los otros. Estoy segura de que Él no condenaría a dos personas del mismo sexo que se amasen y, por supuesto, yo tampoco. De hecho, la aprobación de los matrimonios gays es de lo poco bueno que ha hecho este gobierno.

ana dijo...

Es difícil que alguien esté en contra de los matrimonios gays, incluso la derecha debatía por el nombre "matrimonio". La Iglesia parece la única que está en contra, jeje, curiosamente dentro de ella ha existido y existen un gran porcentaje de gays y lesbianas, eso sí, que nadie lo sepa, todo de puertas a dentro.

Jesús dijo...

Mari Pau tiene razón en lo que dice.
Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.

Yo no soy creyente y respeto a las personas creyentes.
Considero que el Estado debe de ser una especie de paraguas que acoja a todas las personas. Debe velar porque se respete la libertad confesional para aquellas personas que sean creyentes. Al mismo tiempo debe de ser el máximo garante para que se respeten los derechos civiles de todos los ciudadanos.

Y cada ciudadano debe actuar de acuerdo a su conciencia