miércoles, 23 de junio de 2010



Aquí os dejo (por partida doble) una foto de la ermita de Ongayo, creca de Suances, que os conté en el comentario a la rehabilitación de la ermita de Agost que restauraron hace unos diez años. Mirad qué bien luce ahora y qué pena da que tantos edificios y rincones bonitos se pierdan por falta de dinero, voluntad política o simple incultura.

2 comentarios:

Johnny dijo...

A veces se gastan millones en tantas cosas inútiles, en cambio obras de arte como ésta le piensan demasiado

Conchi dijo...

El problema radica la mayoría de las veces en el dinero, que suele emplearse en objetivos más populares que la cultura y que aporten más votos.
Con todo, me alegra que el patrimonio cántabro se vaya rehabilitando. Mi enhorabuena por la ermita de Ongayo.